Aunque ya pasó, no quería dejar uno de mis meses favoritos sin publicación y es que Abril es cuando explota ya la primavera y con ello sus fiestas. Hago aquí referencia a la primera de ellas, porque así me entretuve, ya que la segunda y más reciente ha sido para disfrutarla comiendo, bebiendo y bailando en el Real y no para estar con la cámara haciendo fotos.
Desde mi agnosticismo moderado, considero y veo la Semana Santa como expresión cultural e histórica, más que religiosa (aunque para los creyentes entiendo que lógicamente también lo sea o así debería) y como muchos, cuando salgo a la calle en estas fechas lo que busco no es más que un movimiento artístico que tiene muchos años de tradición y un importante arraigo popular.
No cabría aquí entrar a valorar ciertos fanatismos, que como en todo también se dan, conductas a mi entender desproporcionadas y por supuesto mucho menos, lo que supone uno de los mayores eventos de marketing publicitario que para la "Santísima" es.
Me voy a quedar con lo bello que se puede sacar de casi todo momento de celebración, en este caso, como no puedo plasmar aquí los olores a inciensos varios y flores de azahar, claveles, lirios, rosas, mezclados con la música o la saeta, el repiqueteo de las bambalinas, el arrastrar de pies costaleros, la voz del capataz o el golpe seco del llamador a la luz de los cirios y las farolas de calles estrechas... al menos, agrego unas imágenes que ya tenía, con su banda de música de fondo incluida... para quienes puedan apreciarlo.